El amor y el sexo en la época del coronavirus. Como tener sexo seguro en tiempos de pandemia.
Sigue siendo amor, pero ha pasado por la rectitud social y ahora ha entrado en una fase de desescalamiento. El virus ya ha comenzado a liberar medidas y ahora quieren que se haga de forma segura, también el sexo. Eso que es una especie de Ministerio de Salud de Nueva York está ofreciendo enviar hasta 30 millones de condones a los hogares de Nueva York.
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Un problema para los adolescentes
La realidad en la que viven los niños y adolescentes en España es muy complicada, no sólo en relación a la construcción de su identidad, sino también por las numerosas diferencias económicas que se han incrementado durante y después de la pandemia. Por otro lado, la vida adulta sigue siguiendo el ideal adolescente de transgresión y juventud pero también lo condena.
Quizás por eso los jóvenes son tan especiales cuando hablan de fiestas ilegales en medio de una crisis de salud. Si te fijas y prestas atención, todas las fiestas que no están permitidas las organiza gente que ya es muy adulta. He oído esta afirmación y me parece que es paradójica porque vivimos en una sociedad ‘adolescente’.
También en relación al sentimiento de infantilismo que prevalece cuando se somete a la población a normas cambiantes y restrictivas producto de una pandemia. ¿Qué adulto no regresó a casa hasta el décimo toque de queda y se sintió como un adolescente completo obligado por sus padres, en este caso el Estado, a regresar temprano a casa?
La transgresión de normas es algo significativo en el proceso de la adolescencia. Algo que en momentos como el que nos encontramos se rechaza, pero debemos reconocer que por otro lado hubo un gran efecto espejo, y nos devolvieron la imagen de nosotros mismos, que nos cuesta ver y asumir.
Ya no nos sorprende ver escenas de una pareja besándose en la cama con mascarillas médicas. Hasta las relaciones familiares se han vuelto difíciles en aislamiento por coronavirus.
La Agència de Salut Pública de Barcelona recomienda no intercambiar besos – ni saliva – al tener relaciones sexuales con personas con las que no convives – por el riesgo de contagio de coronavirus – y elegir “zonas amplias, abiertas y bien ventiladas” como lugares más adecuados para hacer el amor.
La agencia propone estas cosas, en el manual sobre sexo y Covid-19. Así es como Barcelona sigue los pasos del Ministerio de Sanidad de Nueva York, que ya publicó su propia lista de recomendaciones sobre sexo seguro durante una pandemia en junio. De hecho, ambos documentos comparten muchos consejos. Por ejemplo, ambos recuerdan que la transmisión del SARS-CoV-2 se produce “principalmente a través del contacto directo con las secreciones respiratorias del paciente”.
Precaución después del confinamiento.
El sexo es, por su propia naturaleza, una práctica que nos acerca mucho a la persona con quien lo compartimos. Con el fin del confinamiento y la vuelta a la “normalidad” de las relaciones sociales, es previsible que las relaciones sexuales también se puedan reactivar. Pero hay una necesidad de no reducir el estado de alerta y relajarse.
Es importante estar consciente del riesgo que representa la exposición al contacto humano directo y cercano, que puede serlo tanto para el nuevo coronavirus como para el VIH y otras infecciones de transmisión sexual. De esta forma, recuerdan que la mayor transmisibilidad de Covid-19 ocurre dos días antes del inicio de los síntomas y durante la primera semana por contacto con gotas respiratorias.
Pueden infectar a otra persona directamente con la nariz, los ojos o la boca, así como también tocándose la nariz, los ojos o la boca con las manos que han estado en superficies contaminadas con estas gotas.
Recordemos que la “loca” década de 1920 fue un período de prosperidad, celebración y libertinaje que siguió al final de la Primera Guerra Mundial, y la pandemia de gripe española.
¿Un esclavo de 4 U, en un escenario futurista donde los seres humanos se han convertido en una raza de zombis sexuales? No muchos expertos, pero sí algunos, predicen un resultado similar en 2021 en un momento en que la vacuna llegará a todos los rincones del mundo, tras meses de enclaustramiento en casa y la ausencia de contacto físico.
Estas predicciones aparecen, entre otros factores, alentadas por la inevitable comparación entre esta década y la de 1920 que siguió al final de la Primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe española, hace poco más de un siglo. La comunicación, el trabajo en red y el acercamiento deben haber sido diferentes, pero la sexualidad nunca se descuidó.
Eso significa que la gente no ha dejado de tener relaciones sexuales: simplemente no fue de piel… A pesar de las distancias y el aislamiento de la pandemia, se ha llevado la cosa a la exploración de otras alternativas. En el futuro se agregará un valor diferente al sexo, y será al final de la pandemia.
La tecnología es y seguirá siendo clave: juguetes sexuales, aplicaciones de citas, sexting, entre otros recursos, están aquí para quedarse en el menú habitual.
Todos y todas vieron la importancia de la sexualidad en su vida, y la masturbación también jugó un papel importante. Las cifras de sitios pornográficos y tiendas de juguetes sexuales no aumentarían tanto. Durante la pandemia, hubo varios casos de personas que, de una forma u otra, buscaron escapar a través del sexo de la ansiedad.
La virtualidad también fortaleció un mundo que tal vez no se haya explorado en su totalidad. Primero, por razones de seguridad: no se sabía si Covid-19 podría transmitirse sexualmente. Se habló, e incluso se bromeó, sobre ciertas posiciones o si teníamos que tener sexo con una máscara.
Para el grupo de personas que no se han adaptado a las nuevas “reglas” de la seducción y la sexualidad, es posible que exista una necesidad cada vez más urgente de volver a una vida anterior. No se trata de ir a una fiesta solo por eso pero si de fortalecer las relaciones interpersonales, usar la comunicación, darnos cuenta de lo importante que es un abrazo y de lo mucho que nos faltó el contacto físico.
La cuestión es ser más claros con nuestros sentimientos, no necesariamente con la sexualidad, en caso de que nos vuelva a suceder algo así. En caso de que se acabe el mundo, todavía tengo que usarla.
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