Empiezan a preocuparnos cosas que eran impensables hace muy poco tiempo. Nuestro derecho al olvido cobra importancia. ¿Qué ocurre cuando morimos con toda esa información que hemos volcado en la Red? ¿Qué sucede con nuestras fotos? ¿Podrá usarlos alguien sin que podamos ya impedirlo? ¿Y con los ficheros en la nube? ¿Y con nuestras cuentas de blogger? ¿Quién puede administrar todo nuestro patrimonio digital tras la muerte?

TE PREOCUPA TU DERECHO AL OLVIDO

No desesperes, ya hay quien se ocupa de estas cosas. Del derecho al olvido, de nuestro pasado digital. También, y cosa rara, las instituciones se empiezan a preocupar. Por ejemplo, el gobierno catalán, ha dejado por unos momentos (breves) de ocuparse de sus sueños independentistas para dar un primer paso en este sentido, aprobando un proyecto de ley de voluntades digitales. Esto servirá a los ciudadanos catalanes para designar en sus testamentos quienes han de ser sus herederos digitales para que velen por sus derechos una vez fallecidos.

De esta forma, cuando no estemos ya, alguien podrá en nuestro nombre cambiar, borrar, publicar, etc.

TE PREOCUPA TU DERECHO AL OLVIDO – ¿Que puede pasar con nuestra vida digital?

Pues hay empresas que también se dedican a gestionarnos todo lo que se nos pueda ocurrir. Para que solo quede la huella que deseemos dejar. Así es que ya podemos estar tranquilos. Se encargarán de cosas como anular nuestras cuentas, suprimir nuestra info de los motores de búsqueda, despedirnos de amigos virtuales, expresar tu última voluntad…

Solo dejaremos aquello por lo que queremos ser recordados. En Mi Legado Digital nos garantizan la protección de derechos tan esenciales como el honor, la imagen, la reputación online y el secreto de las comunicaciones. Cuando hayamos fallecido.

TE PREOCUPA TU DERECHO AL OLVIDO – Reputación Online

En lo que respecta al la protección de nuestro patrimonio digital y nuestra memoria una vez fallecidos. Es muy importante que podamos prever nuestra defensa para que casos posibles de suplantación de identidad, y para gestionar algo de lo que se habla mucho: el derecho al olvido.

Imaginad que nuestros abuelos hacen hoy una gracia en twitter y se republíca cuando ya no estén. Pero por otro lado, quizás queramos tener en algún sitio todos esos recuerdos, esas cosas, esos mensajes y esas fotos que son parte de su vida, y de la nuestra. ¿Dónde podemos guardar toda la información de una vida?

Caben posibilidades que hay que tener previstas, como el que puedan hackear la cuenta en una red social o el avatar de un fallecido. Lo que pueden hacer con eso es peligroso para la reputación de quien ya no está. Pero puede serlo también para la familia y los herederos. ¿Quién se hace responsable de los daños?

TE PREOCUPA TU DERECHO AL OLVIDO – Hay muchas preguntas al respecto. Y empieza a haber soluciones.

En un futuro muy cercano empezaremos a hablar de nuevos oficios derivados de nuestra presencia en la Red. ¿Forenses digitales? Si. Y también arqueólogos e historiadores digitales, que busquen información “perdida”. Habrá especialistas en lo virtual tales como desarrolladores de redes neuronales artificiales, y policías de lo virtual, que sepan encontrar la persona real que se esconde detrás del avatar o el robot que ha cometido el delito.

Contaremos con ingenieros de realidades virtuales, vendedores de espacios también virtuales, y abogados especialistas en normas internas de monopolios web (los SEO del futuro). El área legal precisará de especialistas capaces de moverse entre la vida, las máquinas y la muerte. Y necesitaremos de genetistas de algoritmos, para entender y actuar en las mutaciones de los avatares y de los árboles genealógicos detrás de ellos. De todas estas cosas tenemos amplia información en Reputación Online.

Y ahora, en el centro más nuclear del presente, tenemos aplicaciones, como Data Selfie. Una extensión para Chrome, que, una vez instalada, hace un compendio de todos los datos que tenemos en facebook para revelarnos todo cuanto la red social sabe de nosotros.

TE PREOCUPA TU DERECHO AL OLVIDO – Análisis y Administración de nuestra Reputación On line

Una de las mejores formas que tenemos de no liarla parda con nuestra presencia en la Red y fastidiar nuestra reputación Online es algo tan sencillo como no publicar nunca nada que no queramos que se sepa. En el ordenador es fácil navegar de incógnito, pero hace falta mucho más. Nuestra preocupación no ha de ser tanto si un dato puede o no borrarse sino que es lo que otros puedan hacer con él en el futuro.

Y es que no es una exageración decir que estamos fichados todos, y mas que nunca.  Hay datos personales de cada uno de nosotros que se publican en servicios online desde el mismo momento de nuestro nacimiento.

La legislación europea sobre privacidad quiere tener previstas estas cosas, para resguardarnos de robos de información que puedan hacer las compañías. Las empresas recogen datos y estos pueden afectar a nuestra Reputación online. Desde el saber quién nos comparte hasta el quién y que comentan sobre nosotros. Toda esa información sobre nosotros nos puede afectar positiva o negativamente y alguien tiene que defendernos por ello.

Hasta ahora no era muy frecuente recoger en los testamentos previsiones al respecto de nuestro legado digital, pero los tiempos han cambiado. Nada nos impide especificar unas últimas voluntades sobre nuestra herencia digital. De hacerlo facilitaremos mucho a nuestros adjudicatarios el acceso a ese legado y la adecuada interpretación de nuestros deseos, con respecto a que hacer con ello. Recursos digitales, suscripciones a servicios y contenidos alojados en internet. Transmitir ese activo digital en condiciones es parte de nuestros derechos.

TU DERECHO AL OLVIDO

Para que esto sea fácil lo podemos encargar a una compañía especializada. Son empresas que ofrecen entre sus servicios los de cerrar perfiles de redes sociales, las cuentas de correo y suscripciones, y transferir los ficheros alojados en la nube a quienes sean los herederos.

Un planeta más conectado puede ser un planeta mejor, dice Mark Zuckerberg. La conectividad nos facilita muchas cosas. Ahora las migraciones y comunicaciones a nivel global son algo corriente y ya no es tan complicado vivir lejos unos de otros. Pero con todo y para terminar, si no quieres que algo que se sepa, no solo no lo publiques, tampoco lo digas, ni lo pienses, por teléfono…